Los del Jaral

Napoleón en España

Crónica verosímil de un acontecimiento histórico construida con imaginación no tan desamparada de la verdad

Armas de Espa-a Armas de José I

De mi mayor aprecio y consideración, distinguido señor conde:

Nada me place más que daros respuesta de vuestras cartas, que de Abril a Abril, con mensajes de aliento y prosperidad queréis hacerme llegar como obsequioso testimonio de vuestra ya vieja amistad con la que habéis querido distinguirme.

No puedo sino lamentar, como no podía ser de otra manera, a fe mía, la desgraciada suerte de las tropas del rey, nuestro Señor, batidas en franca derrota frente al enemigo invasor, que, como nunca, se ha mostrado fiero y despojado de toda piedad. Las noticias de la caída de Madrid llegaron precedidas de pronósticos agoreros de mala fortuna; y cómo habrá sido aquélla que cuando se tuvo noticia en firme de los hechos, palidecieron las notas vaticinosas y malhadadas de la plebe que en esta parte del país suele ser a la par que supersticiosa de mucha pobreza en asuntos foráneos, pero de un coraje a toda prueba cuando al terruño atañe como a continuación me apresuro imponeros a Vd.

Tropa francesa

Poco después de los hechos de armas, tan desiguales y que enlutan a nuestra querida España, victoriosa hueste de soldados en aventada francachela y grande vicio, llegó a esta aldehuela de Jaén donde, como bien sabe Vd., nada puede ser peor para el pacífico aldeano -que masculla torvo su encono por la invasión- que le frustren un domingo de corrida. El encierro, como pocos domingos había sido el pasado día de ayer, de los buenos; seis hermosos toros del Jaral esperaban oteando al viento su salida al coso desde los chiqueros donde se apiñaban. Es conocido aquello «del buen ganado el de los hierros de D. Vicente Gómez», pues de su dehesa más de un toro ha hecho historia en los ruedos nacionales. Pese a los bandos de prohibición de toda reunión, la plaza estaba de tope a tope. El cartel atractivo en extremo anunciaba nada menos que a El Navarro, en un mano a mano con Chiclano II. La grita y fanfarria de los asistentes, tan magnánimos al procurarlos, como avaros en prodigar aplauso, atronaban ya los aires en abierta protesta por el retraso.

Las tres y tres cuartos de hora había doblado la mayor de Santa Honorata y el presidente no ordenaba la clarinada que es señal para iniciar el paseíllo… entonces, llegó un momento nada esperado: Lejos de abrirse la puerta de toriles dando paso al primero de la tarde, irrumpió una soldadesca extraña en voces y practicando disparos… engreída de sus recientes victorias apareció ésta, como tengo dicho, por la puerta del Príncipe, aquella destinada a los toreros de postín… y entonces, pasado el inicial sopor por lo inusual del acontecimiento se hizo un silencio que se rompió de pronto al escucharse los aprestos que un baturro, dado a espontáneo, saltara al ruedo navaja en mano y emprendiérala a tajos contra el primer soldado que estuvo a su alcance. Bastó ese acto para que cientos le imitasen y, ¡vamos hombre!, qué espectáculo aquel de ver rodar hombres y chillar doliéndose, que los navajazos blandidos con esa habilidad que Dios ha puesto en nuestros hombres eran de pintura… degollados en un santiamén, soldados y clases rodaban tintos de su sangre, que al correrles a raudales desde sus abiertos gañotes destacaba en sus dólmanes, otrora albos y gallardos. Se inició una persecución por ruedo y tendidos, doquiera el pueblo fiero y amostazado pillaba al odiado enemigo dábale caza y muerte sin escuchar clemencia… amén de que nada sabe del francés…

Avisado el jefe enemigo de la matanza dentro del recinto, ordenó abrir la puerta grande de un certero tiro de cañón, y voladas que fueron las pesadas tablas lanzó por ellas dentro del corto túnel que salva los tendidos de sombra con dirección al soleado albero, una sección de sus Cazadores a Caballo de dorado casco, botas altas y fulgurante sable. ¡Qué bello espectáculo y qué marciales formas la de esos atletas! Pero, un avisado peón de la plaza, de aquellos amoscados con el contagioso espectáculo, abrió la puerta de chiqueros y pronto irrumpieron en el alborotado ruedo los seis del Jaral.

¡La batahola que se armó allí mismo…!

Como bien sabido lo tiene Vd., carísimo amigo mío, de aquel especial odio que profesa el toro bravo por hombre y caballo, que al momento las bestias la emprendieron sobre las nobles cabalgaduras y destripadas que eran y sus jinetes caídos, embarazados que estaban de sus pesados petos y guanteletes, nuestros astados alternaban caballos con soldados; alzados guiñapos volaban por los aires, aquellos engreídos victoriosos caballeros que, o bien caían desarmados para ser nuevamente cogidos en vilo, o eran recibidos en el aire para ser ensartados y despedidos con preciso golpe por aquellas reses, de esa bravura heredada por generaciones. Toros lanzadores que empitonaban doquiera fuere el lugar que asestaban en esos desdichados.

Un botinero, bizco del izquierdo por añadidura, y codicioso para más datos, había alcanzado a un desarmado y rubio jinete en la tabla de un burladero y le tenía pasado por la espalda y mientras el desdichado alzaba los brazos en dolorosa desesperación el formidable toro había quedado presa de su golpe con hombre y tabla atravesados. Podeos imaginar escenas de las más espeluznantes, y habréis acertado sin lugar a duda.

Como quiera que los poquísimos y maltrechos supervivientes salieran de la plaza dando alaridos, perseguidos por toros y poblada, el regimiento francés, guarnecido en cuadro en el generoso espacio de la explanada de San Nicodemo esperó impertérrito en pasmosa gala y marcial compostura ataque tan singular, y después de la primera y única descarga que alcanzó a disparar fue destrozado por la embestida como si aquellos quinientos hombres hubieran sido gloriosa mata de flores arrancada en vilo por un vendaval. Es pues, señor mío, que la derrota de Pamplona se castigó el domingo en la serenísima plaza de Jaén donde no hay francés vivo para contarla.

Huelga añadir que la tarde fue buena, asueto para los espadas, palmas para el pueblo, palmas para el encierro y pitos atronadores para los pobres godos que a esta hora yacen sepultos en piadosa fosa. Se sabe que el Emperador quedó silente al recibir semejante noticia y en junta de su Estado Mayor, frente a un mapa de operaciones, discute alguna estrategia para la toma de Jaén. No es para menos.

Con la esperanza puesta en esta nota que habrá de llevaros a vuestro corazón de español el natural regocijo por tan extraña como aplastante victoria en las serranías de mi pueblo, me despido de Vd. no sin antes permitirme añadir que si la resistencia que vamos a ofrecer a los invasores se castiga de la forma como ha ocurrido por estos lares y que he narrado para Vd., con algún detalle, muy pronto estaremos nuevamente contagiados del alborozo de traer de vuelta a nuestro amadísimo rey D. Fernando VII, el Deseado, que Dios guarde, y tenga yo entonces la personal dicha de estrechar vuestra mano, mi querido conde, noble amigo y esclarecido caballero.

En Jaén, a 14 de Noviembre del año del Señor de 1808.

(Fdo.) Felipe Baldetaro e Hinojosa, marqués de Noblecilla

Al Señor Jacinto Villa Gómez y Baldovino, Conde de la Montería

Palacio del Ayuntamiento

Badajoz

goya-lluviadetorosGoya

Referentes a este artículo:

Armas borbónicas

Armas de José I, Bonaparte

Wikisource:

http://es.wikisource.org/wiki/Carta_del_Marqu%C3%A9s_de_Noblecilla_al_Conde_de_la_Monter%C3%ADa_Palacio_del_Ayuntamiento_Badajoz_(1808)

Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_la_Independencia_Espa%C3%B1ola

28 comentarios en “Los del Jaral

  1. Rodrigo Ahumada Rodríguez dijo…

    Mi comentario es sobre la historia de “Los del Jaral”, una vez más nos asombra la actuación del pueblo en un evento tan singular que proporcionó la victoria de los españoles, la invasión del enemigo termino siendo su castigo: el ingenio de un joven de abrir la puerta para dar la libertad a los toros haciendo de las suyas y la justicia con los cuernos; es interesante dicha historia que no se aleja de la realidad, pero sí su forma de describir me impresionó el darle los detalles más minuciosos de dicho suceso a su amigo el conde.

    Le gusta a 1 persona

  2. 9 de octubre de 2010 23:15

    Víctor Santhome Bernales dijo…

    Esta lectura grafica, gracias al dominio de un culto lenguaje, los detalles de un hecho histórico en el cual se distingue el gozo que saborearon estos civiles españoles por la muerte de estos soldados franceses víctimas de haber tratado interrumpir su corrida dominical en esta aldea de Jaén, sin sospechar que serían atacados por sus valientes e indignados pobladores y por el ganado de lidia, hasta ser eliminados.

    A pesar de comprender la lógica sed de venganza que debe de haber sentido esta población a consecuencia de ver invadida su patria, me es imposible desligarme de mi carrera de médico veterinario, lamentando profundamente el sufrimiento de esos nobles animales al ser destrozados por las embestidas de los toros, suponiendo que fueron inevitablemente eliminados para no prolongar su sufrimiento.

    Personalmente detesto la tauromaquia (o cualquier otra actividad que atente contra los animales) que para colmo es llamada “arte”, y me pregunto si esta primitiva “diversión” es comparable con la música, la poesía, la pintura, la escultura o con el cine? ¿Está bien que en aras de conservar nuestro legado hispano y nuestras “tradiciones” actualmente se permita que los niños sean partícipes de tamaña crueldad?

    En fin lo resaltante es el realismo de la narrativa que nos permite situarnos como espectadores de palco y poder disfrutar al ser insertados en este capítulo de la historia española, pero siempre con un diccionario en la mano.

    21 de febrero de 2012 17:02

    Le gusta a 1 persona

  3. Rafael Córdova Rivera dijo…

    POR UNA PARTE, MIS FELICITACIONES, HERMANO, YA ERES UNA FUENTE HISTÓRICA NO MENCIONADA….DE OTRO LADO SERIA CONVENIENTE INFORMAR A WIKIPEDIA….ESPEREMOS LA SORPRESA

     ABRAZOS

    RAFAEL

    Le gusta a 1 persona

  4. Domingo Díaz Cáceres dijo…

    Lima, 14 de septiembre, 2006

     […] El artículo lo he leído 8 veces y te digo como amigo y no como critico, que NUNCA había tenido oportunidad de leer a escritor o periodista peruano, que escribiera con meridiana claridad, un articulo utilizando un lenguaje castizo y dieciochesco.

    Es un artículo con una narración exquisita, propia de grandes cultores de la narrativa popular hispana. Con ese lenguaje castizo y delicioso, escribían en el Siglo XIX en España, Zorrilla, Juan de Dios Pesa o Manrique Fernández, y cien años mas tarde, García Lorca en su peregrinar por las plazas taurinas de su amada Andalucía. El relato del artículo lo haces en un lenguaje puro, que aun teniendo unos giros idiomáticos peculiares -propios de la época que pudieran sacarte de la comprensión de la lectura- mantiene de principio a fin, el interés de saber que algo glorioso y extraordinario sucederá.

    Su lectura imaginariamente me ha transportado a vivir los hechos narrados en Jaén, que por esos años, debió ser un pueblo de hidalgos, labradores y campesinos, ricos en despertares violentos para salvar la honra de la patria cautiva. No deja de enriquecer el artículo, los personajes entre quienes se intercambia la correspondencia. Marqueses amigos los dos, de alcurnia y abolengo, los dos; seguramente grandes señores aristócratas, aunque no tengan un duro en la bolsa, arruinados por la invasión napoleónica. No me gusta la alusión a Fernando VII, tipo cacaseno y cobarde. Esto ultimo no lo tomes en cuenta, para la España de la época, herida en sus sentimientos, era un anhelo nacional su vuelta a Madrid, para ocupar nuevamente el trono del Palacio Real […]

    5 de septiembre de 2008 10:12

    Le gusta a 1 persona

  5. Luis Adolfo Siabala Valer dijo…

    26/01/2006

    Un relato de vivo realismo histórico, con la misma pasión que nos dejó la pluma de Benito Perez Galdós. Fascinante el drama que sufrieron las huestes napoleónicas en tierras españolas.

    Luis Adolfo Siabala

    9 de julio de 2008 11:42

    Le gusta a 1 persona

  6. Alberto Jerónimo Alcalá dijo…

    19/09/2006

    Felicitaciones Sr. Siabala. Nos trae Ud., en castellano antiguo, una interesante historia de toros, toreros y plaza. De veras que su artículo me deja, como aficionado, un regusto muy exquisito. Enhorabuena

    Alberto Alcalá

    9 de julio de 2008 11:38

    Le gusta a 1 persona

  7. E. Soto Salas dijo…

    Lo felicito sinceramente Dr. Luis Siabala por lo elegante y culto de su narrativa, creo que nos aleja, de alguna manera, de la ramplonería que invade nuestro hablar cotidiano. Por otro lado me he quedado con una interrogante. ¿Habrá la misma bravura en Jaen de allá y Jaen de aquí?

    Como siempre, mis afectuosos saludos para usted y familia.

    E. Soto

    27 de junio de 2007 12:27

    Le gusta a 1 persona

  8.  Carlos Marcet dijo…

    2006-09-12 17:43:43

    Realmente, una narración, de una delicadeza y capacidad para trasladarnos en el tiempo y el espacio a las graderías de la plaza de Jaén, llevándonos en todo momento embebidos en la escritura.

    Mis mas grandes felicitaciones al Sr. Siabala.

     

    4 de diciembre de 2006 15:38

    Le gusta a 1 persona

  9. Carlos Urquizo dijo…

    2006-09-22 17:50:07

    La lectura de » Los del Jaral» es muy sabrosa.

    Las frases creadas por los conocedores de la fiesta bravía, engranan muy elegantemente con el lenguaje hispano extraído de tan lejana época, en una deliciosa descripción de ingeniosas ocurrencias.

    Don Luis Siabala, ¿Cuándo no obsequiará la próxima sorpresa?

    4 de diciembre de 2006 15:35

     

    Le gusta a 1 persona

  10. Carmen Marcet dijo…

    2006-09-12 15:57:02

    Una narrativa que deleita por el uso del lenguaje tan acorde con la época. Y nos permite adentrarnos completamente en la situación gracias a los detalles y descripciones. Felicitaciones a Luis ! y lo animamos a seguir compartiendo su talento.

    4 de diciembre de 2006 15:30

    Le gusta a 1 persona

  11. Luis Ruiz Santa Maria dijo…

    Los del Jaral es una narrativa ágil,amena y sobre todo con una fidelidad histórica, me parece bien que Luis Siabala siga dándonos estas pastillas de las tradiciones hispanas que son parte de la identidad nacional

    4 de diciembre de 2006 15:29

    Le gusta a 1 persona

  12. Dorelly E. Ruiz Barraza dijo…

    Es un artículo muy original que contiene importantísimos datos históricos mezclados con una rica imaginación que lo hace «diferente» a otros presentados en esta categoría.

    Es un tema que estoy segura origina muchos aplausos en los taurómacos.

    El estilo en que está escrito el artículo denota que la persona que lo ha preparado posee mucha cultura y gran dominio del idioma español.

    Que el Abogado Siabala sea el ganador en esta categoría, es mi mejor deseo!!…

    Viva el Perú, viva el Doctor Luis Siabala!!!…

    4 de diciembre de 2006 15:23

    Le gusta a 1 persona

  13. Tessy dijo…

    2006-09-29 21:02:06

    Luis Siabala siempre nos sorprende con unos trabajos impecables y bien estructurados …

    Felcitaciones !!!

     

    4 de diciembre de 2006 15:40

    Le gusta a 1 persona

  14. Fernando Marcet dijo…

    2006-09-08 04:28:42

    Una fantasía en la que la riqueza narrativa de su autor y el rigor histórico en la descripción de personajes, lugar y momento en el que se desarrolla la acción nos hace vivir una realidad que no existió.

    4 de diciembre de 2006 15:19

    Le gusta a 1 persona

  15. Gracias una vez más Miquel:

    Pues gracias a tu ayuda, siempre generosa en todo terreno es que ahora comparto con ese equipo que va armonizando en Flickr, por aquella novedosa participación de quienes a la fotografía hemos añadido con cariño las letras castellanas.

    La pléyade de admiradores y seguidores de tu galería, que es una joya plástica, sólida técnica y buen gusto, dice bastante de tu espíritu que gusta a todos.

    Me place que este artículo hay sido uno más que te ha simpatizado. Los pueblos y naciones que alguna vez se alzaron en armas en mutua lucha, poco a poco van logrado deponerlas convencidos que resulta mejor y útil la paz que la guerra. Esperemos que ese manto bienhechor se extienda por el orbe

    Es en la Historia donde he fincado mis esfuerzos y ahora los dedico con énfasis a conseguir esos caros propósitos de los cuales eres portaestandarte.

    Debía esta respuesta, suspendida por razones de salud y que estoy poniendo al día.

    Un fuerte abrazo, amigo.

    Me gusta

  16. Gracias Fernando:

    Tus estimulantes palabras con relación a calidad de mi escrito, me comprometen una vez más con escritores como tú, capaces de la palabra fácil, certera y oportuna. Recibe un fuerte abrazo.

    Luis

    Me gusta

  17. Gracias Manuel:

    Estimulante tu comentario, si mi narración ha logrado que fueras también tú uno más que saltó en ese albero, es un señalado premio para su modesto autor. Pero en ese mismo sentido puedo, a mi vez, manifestar que tus fotos, con rigor dedicadas a tu maravillosa Galicia y del sector donde sabes moverte -que conoces y quieres como el que más- las expresas con maestría y calor… contigo estoy conociendo aquellos valles y orillas, más de una ría en cualquier temporada, sin dejar de mencionar la belleza femenina en la que sabes detenerte con especial delectación. Gracias querido Manuel, recibe un abrazo.

    Luis

    Me gusta

  18. Miquel:

    Tu generoso comentario, que agradezco de corazón, pone en evidencia que los peruanos con sentimiento patrio jamás podemos alejar del espíritu la fuente y origen de nuestra cultura e idioma que tuvo asiento firme en esta parte de América meridional. Nos resulta natural a quienes, conscientes de lo expresado, tenemos el sentimiento de lo peruano y lo español muy arraigados. Las dos son nuestras; el ideal que abrigo es el de la reciprocidad, que comienza con los aportes modestos que vengo haciendo, sinceros jirones de historia escrita o gráfica, trasunto que se desplaza desde estas latitudes lejanas hasta el tronco común. Recibe un fuerte abrazo querido Miquel

    Luis

    Me gusta

  19. Aquí acude, raudo y veloz, el pobre e indefenso trabajador criticado más arriba.

    Tenía el placer y el honor de haber leído ya este fabuloso relato porque su autor así había querido manifestar su deferencia para con quien esto escribe.
    Desde el primer renglón me pareció una maravillosa y arrebatada exaltación de un curioso y encantador sentimiento patrio, por parte de un Escritor con mayúsculas que, paradójicamente tiene otra patria.Y es que, en ocasiones, cantan mejor y con más vehemencia unos valores, en buena parte ya perdidos, personas nacidas allende los mares, que los nativos del propio terruño.
    Me consta por tantas cosas como conozco de él, el amor ilimitado que Luis profesa por este viejo pedazo de la vieja Europa.

    Me consta además la pasión que puede impregnar cada palabra y cada idea de sus espléndidos escritos y relatos.Conozco bien el vasto y variado territorio de su dominio cultural y de su conocimiento de nuestro idioma común.

    Pero quizá este texto tiene lo mejor de cada una de esas tres cosas que mencioné… Amor por España, cultura y conocimiento de hechos históricos y carácter de los nativos que los protagonizaron en los principios del siglo XIX y un amor por el castellano tan solo superado por su amor por las gentes que lo hablan en medio mundo.

    Una delicia literaria que honra a este grupo y a todos cuanto lo integramos y disfrutamos, Luis.

    Le gusta a 1 persona

  20. Gracias Pepe:

    La gesta de independencia española es rico venero. De allí que resultó esta carta entre aquellos nobles que ha querido tener, colocado como bien dices, ese antiguo sabor épico y romántico de aquellas épocas.

    Gracias por leerlo y también por tus estimulantes palabras, apreciado amigo mío.

    Luis

    Me gusta

  21. Querido Luis:

    Había dejado la réplica a tan emocionante relato a Miquel que tiene el verbo y la mano más fluida que yo. Pero como no para de trabajar por aquí y por allá, me pongo en tus manos críticas para intentar salir del pasmo que me produce la narración de la supuesta corrida de toros en una aldea jienense.

    Con una imagen que dicen que sustituye a mil palabras, no se podría describir una escena tan violenta y tan bien descrita que, paso a paso, vas viviendo y viendo.

    Desde el carácter de los aldeanos, la expectación por el hecho taurino, la entrada de los soldados de a pie y la posterior de los furiosos y elegantes caballeros y la oportuna abertura de la puerta de toriles, se conforma una historia que te llena, que la ves y que la vives.

    Todo narrado en una prosa desconocida en estos tiempos, tan minuciosa, elegante y descriptiva que podría ponerse como ejemplo de dictado en las escuelas y en los mal llamados talleres de escritura, que cumplen su misión haciendo escribientes, que es un oficio, porque escritores como tú ya no hay, querido Luis.

    Tú eres un Artista, y Artista viene de Arte, y con el arte se nace.

    Un abrazo desde la Córdoba califal.

    Le gusta a 1 persona

  22. Eres extraordinario!! Ni siquiera para un simple comentario dejas esa prosa genial que tanto gusta, no digo de tus letras y alabanzas al tema taurino, que no solo son apreciadas por mí, si no por lo que veo por una multitud que agradecen tus escritos, tu prosa llevada al grado de poesía.
    Me encanta como trataste el último tema casi me convierto en uno más de la plaza gritando a los franceses, me llevaste `por los caminos de la imaginación y los sueños despiertos.
    […][…]
    Si mi cámara se ha convertido sin querer en una amiga, y no dices mal al pensar que montado en mi coche, voy recorriendo lugares que aparentemente no tienen nada de agradables a la vista, pero que al ojo de mi objetivo si le parecen bellos, muchas veces me meto en internet para ver aquellos lugares como tu país en donde quisiera perderme alguna vez por lo bellas de sus imágenes.
    Un fuerte abrazo desde Galicia para ti y los tuyos

    Le gusta a 1 persona

  23. Al comienzo de mi lectura he sentido una extrañeza en mis sentidos; no sabía si se trataba de un episodio nacional del ilustre D. Benito (Pérez Galdós para más señas) o si por el contrario se trataba de un capítulo de la enciclopedia taurina Cosió.
    La proliferación de acepciones Latino-americanas me ha hecho volver a la realidad y he podido seguir la lectura disfrutando de esta narración tan interesante a la vez que instructiva que haces de un periodo de nuestra historia Amigo Luis.
    Permíteme la licencia de acompañar este comentario con el escudo del “rey José Bonaparte” o José I, que se impuso por aquellos tiempos.

    http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Grandes_armas_de_Jos%C3%A9_I_Bonaparte.svg

    Escudo de José I Bonaparte o José Napoleón I de España

    Con mi más sincera admiración querido Amigo Luis.

    Le gusta a 1 persona

  24. Mis felicitaciones más efusivas, amigo Luis.
    Es un texto sensacional. Cargado de rigor histórico, pero sin perder la frescura que le aporta quien sabe escribir y narrar los acontecimientos tan bien como tú.
    Manejas muy bien el léxico de la época. Has construido una narración fresca, fluida y muy ineresante. No se puede pedir más.
    Un abrazo fuerte, amigo.

    Fernando

    Le gusta a 1 persona

  25. Por unos minutos de delicioso disfrute literario me has trasladado a lecturas juveniles olvidadas, Luis.
    Y te aseguro que, de no haber tenido el honor de que me hayas remitido tú mismo a semejante belleza literaria, estaría plenamente convencido de que este retazo de la España más bravía, había sido escrito en ese tiempo heróico por alguno de los grandes de la literatura castellana.
    No existe ninguna necesidad de ponderar tu espléndida intuición literaria porque esta y tu enorme acervo cultural se explican simplemente leyéndote.
    Pero mucho más complejo es, por más que uno haya conocido y leído mucha literatura castellana de esa o de cualquier época, atinar con los giros, casticismos y rítmica del lenguaje popular de épocas tan distantes en el tiempo.
    Y cierta, glorios, sorprendentemete, tú lo logras desde la primera palabra del encabezado de la misiva del noble hasta el mote de cualquiera de los villanos jienenses que organizaron de manera espontánea tamaña masacre «gabacha», que así se menospreciaba al francés poniéndole mote en aquellos tiempos.
    Y tras escribirte toda esta parrafada, sigo sin poder salir de mi asombro porque, perplejo y fascinado, releo y disfruto de tal maravilla literaria.

    Un fuerte abrazo, amigo.

    Miquel

    Le gusta a 1 persona

Deje usted un comentario, con toda libertad, muchas gracias